jueves, 25 de enero de 2007

Estaba leyendo un articulo periodístico de la maestra Annel Anderson, en el hace un análisis de la necesidad de hombres virtuosos o de buenas leyes.
Hace referencia a dos Revoluciones del siglo XVIII, la Revolución Francesa (1779), y la Revolución de EUU (1776).
Donde la Revolución Francesa baso su movimiento en el pensamiento rousseuniano, el cual buscaba un gobierno democrático donde lo principal era que el pueblo fuera capaz de pensar, es decir que fuera virtuoso. En la Rev. EEUU, el énfasis de los federalistas fue en la de un gobierno de frenos y contrapesos, esto es un gobierno limitado, basado en las leyes.
La autora dice que es necesario tener buenas leyes, pero cae en la cuenta que para tener buenas leyes es necesario hombres virtuosos.
Todo ello fue encausado a hacer una crítica de nuestros diputados estatales.
Bueno tenemos los diputados que tenemos, no por que sean los más virtuosos o los mas y mejores preparados, si no los que mas dinero gastaron en campaña, los que ya traen “línea” del partido. Estamos en un circulo vicioso,menciona la maestra Annel, y a esto le añadimos los medios de comunicación y su desinformación (ojo no todos los medios, nunca es bueno generalizar).
Además no es posible creer que las boletas de sufragio, emitida por los electores (los cuales están por lo regular mal informados) surjan centenares de hombres de estado.
El Congreso (y no solo el estatal), no esta constituido su asamblea de sabios sino que recluta una multitud de nulidades intelectuales (no todos). Ojo solo así se puede hacer política partidaria en el mal de la expresión(llamese Elba Esther Gordillo, llamese AMLO). Y solo así también los verdaderos agitadores permanecen en la oscuridad.

“De un mismo modo que de cien cabezas huecas no se hace un sabio, de cien cobardes no surge nunca una decisión heroica”.