martes, 23 de enero de 2007

La gran masa cede ante todo al poder de la oratoria. Todos los grandes movimientos son reacciones populares, son erupciones volcánicas de pasiones humanas y emociones afectivas aleccionadas, bien por la diosa cruel de la miseria, bien por la antorcha de la palabra lanzada en el seno de las masas.
Tan sólo un huracán de pasiones ardietnes puede cambiar el destino de los pueblos; y despertar pasión es únicamente atributo de quien siente en sí mismo el fuego pasional.
¡Que cada escritor permanezca junto a su tintero ocupado en "teorías" si su saber y su talento le bastan para eso...!


Adolfo Hittler "Mi Lucha"